Algo moja mis mejillas Algo golpea mi cabeza Algo sofoca mi conciencia Algo reprime mi sonrisa Algo empaña mi certeza Algo insulta mi pureza Algo arroja mi entusiasmo A un abismo de pereza Algo escupe mi inocencia Algo que talvez sea el Algo que talvez sea ella.
Algo inunda mi soledad Algo cuestiona mi sobriedad Algo congela mi tiempo Algo humedece mis ojos Algo me oculta el enojo Algo ahoga mi garganta Y nada sirve de despojo.
Algo recorta mi suspiro Algo me atrofia el camino Algo deja la realidad inerte Espero que solo sea la lluvia Espero no sea aguardiente.
Tengo un poema apoderando mi pensamiento, una canción que habla de un beso, un libro que habla de amor. Tengo una mujer que oprime sus labios en mi pecho, un balcón que se pierde en el océano.
Un poema que me recita los segundos que se inspira y se pierde en el mundo. Que no termina de nacer, de expresarle mi querer al arrebato de mí ser que aunque tanto le oculte ya sabe que eternamente le amare.
Un poema para un pañuelo rosa que le seca las lagrimas a mi prosa que inunda mi gaveta de violeta cuando nunca desata su secreto ami persona.
Tengo unas palabras huérfanas que callan mi voz en la espera del aprecio de mi Dios, que se muere mientras el sol aun ni siquiera se muestra.
Soy una bella durmiente que sufre y vive por el sueño para morir viviendo, que se alimenta de sus deseos. Que baila la danza del pensamiento que besa y abraza el hombre de anhelo. Soy una bella durmiente que habita el mundo y no esta en el, que se rinde y persiste y que no tiene otro color que el color de su piel.
Soy una bella durmiente que sonríe y llora por todo o por el. Que se va que se queda las montañas y la calle, que añora lo que nunca nadie tuvo sin envidiar ninguna felicidad, sin escuchar lo que no quiere sin ver lo que le duele.
Soy una bella durmiente con los labios de rubí, el pelo de oro y la piel de leche. Soy una bella durmiente que solo duerme para poder soñarte.
Queridas, Les escribo no para despedirme sino para agradecerles por haberse convertido en un hogar para mi, y para todos. Para desearle mucha suerte, lo mejor del mundo y esa vida que se han ganado siendo las personas que son.
Que los senderos prometidos no sean solo promesas y que ese sueño de un futuro brillantísimo no se quede solo en sueños.
Las extrañare como a nadie, pero ya hemos crecido y sabremos vivir una sin la otra, será difícil, por lo menos si de este lado. Nunca se olviden de estos corazones ocupados por ustedes.
Nunca se vuelvan esclavas en una tierra ajena, por que no hay necesidad, su tierra siempre estará abierta para ustedes como ustedes siempre lo han estado para ella.
Mis gracias son infinitas, han sido madre, amiga y hermana. Los buenos y los malos las extrañaran al igual que yo.
Queridas, hagan lo que hagan, crezcan pero no cambien Con amor, Elba Caba.
Postrada en la mecedora de la miseria con el espíritu jadeante, el criterio sofocado, el hígado cansado, la sonrisa manchada del recuerdo ambulante; estoy contando el humo que me sostiene aunque sea un minuto agobiante.
Estoy hastiada de que un paso en la tierra sea un paso al infierno y de no sentirme viva sino con el intento de una mascara infantil que me convierte esclava y servil de la adrenalina sin freno.
Mi respiración vaga y mutilada es una obra de arte de impresionismo asfixiante que para prometer compañía mejor promete nada.
El mundo se convierte en lazarillo, las noches en un agujero tenebroso aun así mal o bien sonrío y gozo con la soledad que me rodea.
Un suspiro esta prohibido y mi pecho es un silbido de agonía y enojo.
El cerebro es un universo donde las estrellas todas son fugaces y los planetas todos están ocupados, sus dos hemisferios, frío y caliente, el que llora y el que piensa.
El cerebro, mi cerebro se abruma de pensamientos y sentimientos, trata de tener el alma calida y el cuerpo frío, como un difunto que se niega a morir. Todas las cosas que me recuerdan que respiro desean salir entonces no sale ninguna y me siento triste por que ella se fue, esta se va, y aquella vuelve en poco tiempo.
Todas las cosas importantes se enredan con las que no lo son y se vuelve un tremendo caos heredado de los ojos marrones y el rostro enojado. Tanto caos se resuelve con la clausura absoluta de mi razón lo que me hace reír, como siempre lo hago, sonreír mucho, y luego querer llorar para sentirme humana y las lagrimas se me quedan en la garganta esperando a que me rinda contra la vulnerabilidad del ser y dejarme ser.
Entonces los extraño a ese arrebato que siempre amare, a esa primavera que es tan eterna y preciosa, que es mi sostén, a ese recuerdo que no construí y no se si lo haré, a ese atardecer que se le escapo de las manos a la razón, el momento y la forma. Mucho los extraño al riesgo desentirme sola entre veces y entre siempre.
Mi memoria se dedica a crear recuerdos que nunca han existido, y olvidar los que si. Les quito y les doy la razón a ellos, mis arrebatos. Mi ser se dedica a necesitar, a necesitarla, a necesitarlo, a necesitarme tanto que me hace sentir insignificante y a tener miedo de caer en la dependencia de querer y extrañar. De esperar esa costumbre que no se ha ido mas se desacostumbro.
El cerebro, mi cerebro, se la pasa preguntándose si me extrañaran como yo a ellos, si me necesitaran como yo a ellos, y esa es la discusión de los hemisferios.
Al fin llegó mi primavera, llego en invierno y sigue siendo verano para mi otoño decepcionado, comenzó otro año, y sigues allí siendo una sombra invisible y juntándome palabras, para seguir descubriéndote.
Mis lluvias son el sol, mi nieve es solo aire y el aire que supone ser octubre, que supone recordarme lo que ya se me ha olvidado.
Tonos, muchos tonos, muchos climas, 12 vuelos, 4 estaciones, 365 pasajeros, intenta reponer sus 15 primaveras que llegaron en invierno con 6 pasos y medio, dulces y amargas primaveras, que aparentan ser fugaces, que parecen esfumarse tras de mi.
Llego en invierno mi primavera y mis girasoles tratan de brindarle verano cuando se acaba de ir el otoño, llego en invierno mi primavera, tarde, muy tarde, pero eterna y sigue siendo mía.